Está considerado de los más grandes de la Comarca y fue construido por Manuel Covián en el año 1810 tal y como reza el dintel de la puerta de entrada.
Se trata de un molino de agua de los llamados de maquila, debido a la cantidad que el molinero cobraba en especias, un cuartillo de harina por ferrado (medida gallega) de grano molido. Su época de mayor esplendor aconteció durante el s. XIX, llegando a moler hasta 300 kg diarios de grado, de todo tipo, ya trigo, centeno o maíz. Si bien tan solo llegó a tener tres muelas, moliendo para todos los vecinos de los entornos que no disponían de otros medios. En su interior disponía de un espacio con chimenea para poder trabajar las muelas a destajo y sin descanso.
Se encuentra al lado del Río Toxa, cerca de una cascada que está considerada de las más altas de Galicia en caída libre.
Al mismo tiempo, posee un área de descanso de 11.500 m2 con mesas de madera, paa zona de descanso y un bello puente de madera instalado para salvar el río en cualquier época del año.
Este acondicionamiento recreativo y la cercanía al Camino de Santiago, 100 metros de la Via de la Plata (Camino Mozárabe), hace que sea hoy un lugar para el descanso de los vecinos, visitantes y peregrinos que quieran disfrutar de un entorno, en otro tiempo tan empleada para otros usos bien diferentes.
Está cedido al Ayuntamiento, por Luis Maril de Rellas, para uso y disfrute público.
Estas construcciones, manifestaciones de la arquitectura popular fueron lugar de cita y reunión del vecindario, sobre todo de la juventud, donde se celebraban las muiñadas (reunión y diversión de los vecinos), con una carga folclórica importante.